Cualquier adulto que lea este libro, ya sea con los niños o no, debería buscar un rincón tranquilo y leerlo primero para sí mismo. Luego, reflexionar sobre si alguna vez recibió una semilla milenaria de loto. Sí, seguro que sí. Día y noche perseguimos cosas preciosas, y queremos alcanzar nuestros objetivos lo más rápido posible. En esos momentos a veces dejamos de lado las leyes de la naturaleza y no nos preguntamos si tiene sentido plantar flores en invierno, solo pensamos en lo que queremos hacer y en cómo hacerlo. La vida se convierte en una carrera y nos olvidamos de cuánto tiempo pasó desde que salimos a caminar.
23 x 24cm | 40 páginas